lunes, 1 de octubre de 2007

Taller internacional sobre peces ornamentales activa dinámicas regionales de conservación y manejo sostenible de los recursos





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Taller internacional sobre peces ornamentales activa dinámicas regionales de conservación y manejo sostenible de los recursos
La pesca ornamental es sostenible en la mayoría de las ocasiones, pues no agota el recurso y contempla prácticas de captura sanas que garanticen la sobreviviencia del pez hasta su destino final.
Bogotá, Colombia. Por primera vez en 50 años de actividades, se reunieron diferentes sectores relacionados con la pesca y exportación de peces ornamentales de Brasil, Colombia, Venezuela, Perú y Guyana, para identificar problemas y tendencias actuales en la conservación, manejo, comercialización, investigación y legislación de la actividad en la región norte de América del Sur, considerada la productora más importante de peces ornamentales silvestres en el mundo. Dicho encuentro se dio en el marco del taller “Aspectos socioeconómicos y de manejo sostenible del comercio internacional de peces ornamentales de agua dulce en el norte de Sudamérica: retos y perspectivas”, realizado recientemente en Bogotá (Colombia) y convocado por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), Traffic América del Sur y WWF Colombia (con el apoyo de WWF Suiza ).
Cada año, el comercio de peces ornamentales de agua dulce extrae cerca de 100 millones de individuos de unas 400 especies de la extraordinaria diversidad de peces de agua dulce provenientes principalmente de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco; sin embargo, durante este tiempo, no se había dado el encuentro de los actores claves de esta actividad, para juntos identificar obstáculos, amenazas y oportunidades, vacíos de información, y para proponer acciones y pasos a seguir..
El taller reunió a más de 50 representantes de diversos campos relacionados con la pesca ornamental, tales como organizaciones gubernamentales encargadas de la normatividad de pesca en los países participantes, organizaciones no gubernamentales ambientalistas, productores y exportadores, organizaciones de pescadores, y la academia.
Algunos de los resultados obtenidos fueron la formulación de acciones estratégicas y mecanismos de seguimiento e implementación necesarias para garantizar el manejo sostenible de este recurso a partir de una demanda comercial internacional que valora e incentiva la promoción de una actividad ecológica y socialmente sostenible en regiones donde las alternativas económicas (extracción de madera, minería, agricultura de tumba y quema, cultivos ilícitos) –por lo general– han generado impactos ambientales y sociales negativos.
“Con este taller queremos facilitar espacios que hagan posible una buena administración del recurso, para que a su vez, esta buena administración se constituya en una estrategia que incentive la conservación no solo de las especies de peces, sino de la biodiversidad en general”, afirmó Bernardo Ortiz, director de Traffic América del Sur.
La principal preocupación de este grupo de expertos, contrario a lo que podría pensarse, no era la extinción de especies de peces causada por esta actividad. La pesca ornamental, es sostenible en la mayoría de las ocasiones, pues no agota el recurso y contempla prácticas de captura sanas que garanticen la sobreviviencia del pez hasta su destino final.
Sin embargo, existen serias amenazas que la convierten en una actividad vulnerable. Una de ellas es la falta de armonía entre las diferentes normatividades de los países que comparten las cuencas fronterizas, y de donde proviene el 87% de los peces exportados a países como Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Dinamarca y Reino Unido, entre otros.
En Colombia, cerca de 2300 pescadores y sus familias obtienen sus ingresos de la pesca ornamental, principalmente.
Tal es el caso de las vedas, que se diferencian tanto en períodos de tiempo, cubrimiento espacial, criterios de definición e incluso en especies y número de especies que cobija. Por ejemplo, mientras en Venezuela hay veda en todo el territorio nacional para la captura de todas las especies de peces ornamentales entre mayo y julio; en Colombia esta temporada va de mayo a junio cubriendo solo algunos municipios de Guainía, Vichada y Arauca, y sus áreas de influencia. Esta situación genera diferencias en las condiciones de mercado, descontrol en el registro legal del comercio y presión en algunas especies comunes.
Por otra parte, los 50 años de trayectoria en el mercado, no solo han dejado la valiosa experiencia adquirida, sino que además, ha significado la exportación de valiosos recursos genéticos que están siendo aprovechado por algunos países asiáticos, norteamericanos y europeos, que se están convirtiendo en productores ex situ de las especies provenientes del Orinoco y Amazonas.
Esta producción artificial, que incluye en algunas ocasiones manipulaciones genéticas, amenaza seriamente el mantenimiento de esta alternativa económica para loa países de origen de muchas de las especies (Colombia, Venezuela, Brasil, Guyana y Perú), pues se enfrentan a una competencia en precios, variedades y argumentos de mercadeo como aquellos que afirman que es antiecológico adquirir peces que provengan del medio silvestre.
“Esta es una actividad vulnerable y es necesario despertar una conciencia colectiva para enfrentar estos problemas, pues individualmente no se logrará mayor impacto”, explicó Ortiz. “Se necesita una coordinación regional que permita defender esta actividad en el mundo”.
Para WWF Colombia, Traffic América del Sur y el Incoder, el encuentro dado en Bogotá, pone sobre el tapete el tema de la pesca ornamental como una alternativa económica sostenible que, en la mayoría de las ocasiones, constituye la única fuente de ingresos de familias indígenas y campesinas de zonas lejanas y de gran valor natural como el Orinoco y Amazonas; sentando las bases de una visión regional estratégica que genere acciones favorables para su sostenibilidad y para la conservación.
“Esperamos que este primer paso, además de posibilitar la conservación de ecosistemas de agua dulce del Amazonas y Orinoco, permita el intercambio de información y la cooperación técnica y política para la concertación de acciones regionales en los países que comparten una misma riqueza, y que al tiempo enfrentan las mismas amenazas”, concluyó Mary Lou Higgins, representante para Colombia de WWF.
Notas para el editor:
El taller “Aspectos socioeconómicos y de manejo sostenible del comercio internacional de peces ornamentales de agua dulce en el norte de Sudamérica: retos y perspectivas” contó con el respaldo de La Universidad de los Llanos, la Universidad Nacional de Colombia, la Asociación de Productores y Exportadores de Peces Ornamentales de Colombia (Colpeces), el Instituto Alexander von Humboldt y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica.
En Colombia existen cerca de 2300 pescadores y sus familias dedicados a la pesca ornamental en Guainía, Arauca, Putumayo, Magdalena y Guaviare, principalmente. En 2004, Colombia exportó 20416 ejemplares de peces ornamentales, por un ingreso de US$7268.
Algunos de los peces ornamentales provenientes de las cuencas de Amazonas y del Orinoco más populares en el mercado internacional son el Neón cardenal (Paracheirodon axelrodi); el escalar (Pterophylum scalare); la arawuana (Osteoglossum bicirhosum y O. ferreirai), y el Pirarucu (Arapaima gigas).
Cuenca del Amazonas: La cuenca amazónica es considerada la mayor del mundo con cerca de 6.112.000 Km2, que corresponden a 1/3 de la superficie de América del Sur, de los que el 68% se ubica en Brasil. Se sitúa entre los escudos de la Guayana y Brasil Central, con el limite en cabecera de la cordillera de los Andes. El cauce y sus tributarios principales ocupan una superficie aproximada de 300.000 Km2 y un caudal medio de 209.000 m3 /seg. En la cuenca del Amazonas se estiman en unas 2300 especies de peces, aunque se cree que falta un 30% más por descubrir. Se ha calcula que la diversidad en tramos fluviales de 20 Km. varia entre 80 y 256 especies ícticas.
Cuenca del río Orinoco: La cuenca del río Orinoco se extiende a través del limite de Colombia y Venezuela, desde los Andes hasta el Atlántico; a lo largo de 2140 Km, desde su origen en el extremo sur del macizo de Guayana, hasta el océano. Sus cuencas circundantes representan una de las áreas del mundo más ricas biológica e hidrológicamente; siendo considerada como el tercer sistema ribereño más importante del mundo, en particular, por el volumen de descarga de agua hacia el Atlántico (descarga promedio de 36 mil m3/por segundo. El área promedio de la cuenca está aproximadamente en 830 mil kilómetros cuadrados que incluyen los Andes, las sabanas de los Llanos y el escudo de Guayana, de los cuales cerca del 63% están localizados en Venezuela, y el 37% en Colombia. Entre los afluentes más importantes del río Orinoco se destacan los ríos Guaviare, Meta, Arauca, Vichada, Capanaparo, Cinaruco, Apure, Caura, Caroni, Ventuari, Portuguesa, Atabapo y el Alto Orinoco.
Para mayor informaciónMaría Ximena Galeano, Medios WWF Colombia: mxgaleano@wwf.org.co
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